LÁGRIMAS
Hoy volví a llorar…
Cuando piensas que ya no pueden existir más lagrimas, crees que ya no podría haber más dolor, crees que al fin dejarás de soltar tanta pena junta y sientes que tu alma y cuerpo no lo volverían a resistir, sucede que sueltas unas más, lagrimas que pensaste ya no volverían, grandes gotas que se esparcen por tu rostro y al parecer no tienen fin.
Entonces y solo entonces, te percatas que no podrás continuar ocultando tu sentir, que la respiración se va y no puedes ocultarlo más.
He llorado el engaño de quien una vez amé, he llorado la partida de alguien que pude ver a los ojos y llevarme alguna sonrisa amigable en el alma, he llorado por no ser correspondida, he llorado la traición de algunos que llamé amigos, he llorado las palabras que me hirieron y aún hoy me persiguen, he llorado la envidia de personas que jamás conocí a fondo, he llorado la falta de oportunidad que me dieron para conocerme, he llorado los gestos crudos de mis propios hijos, he llorado la indiferencia aquella que me hunde hasta el infierno, he llorado con canciones que me han llevado a lugares que nunca olvide, he llorado por aquel padre que añoré tener, he llorado el olvido de personas que quise de verdad.
Sé que necesito llorar y mucho. Parece que hay tanto que aún no he podido decir, mucho que no he podido sacar de mi ser.
Agradezco llorar a esta edad, y llorar de esa manera desgarrada, con corazón lleno y una esperanza plena de poder limpiar el alma completa.
Porque aunque puedan pensar o decir frases como: “No llores, es por las puras” “Para!! eso es de tontos” “No pierdas el tiempo llorando por alguien que no vale la pena” etc. Llora y bota todo lo que está dentro de ti, sin miedo, sin temor y mucho menos con vergüenza. Porque esas lágrimas no las botas por nadie, las sueltas por ti y tu tranquilidad.
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