Dulce Enemigo

Dulce Enemigo

El alcohol ha sido mi enemigo declarado desde que era pequeña, pero solo hasta hoy me doy cuenta. No era claro al tenerlo tan cerca, en el propio núcleo familiar. Consumirlo, llegar a extremos o desaparecer junto a él, se normalizó hasta cierto punto, como si fuera parte de la vida cotidiana, como si fuera un amigo al que hay que darle la bienvenida y entregarle la posibilidad de quedarse, de manera indefinida y dentro de tu hogar. No me di cuenta hasta hoy, en la búsqueda de respuestas y mi paz mental, donde puedo recordar tamañas experiencias de pequeña, que me hacen comprender la magnitud de un problema, que jamás fue visto como tal, o mejor dicho nunca se quiso ver cómo tal.

Incluso le creí mi amigo, uno cercano y amoroso, que necesitaba estar para liberar los verdaderos sentimientos de las personas que me acompañaban en mi crecimiento. Con el querido alcohol podía saber si me amaban o no, si era correspondido el sentimiento que podia nacer en mí, hacia ellos. Un real y triste engaño, que solo otorgaba un permiso libre para su sola presencia.

También he caído en cuenta que fue gracias a él que pase por la cantidad de agresión que pude ver, vivir y sentir; si bien es cierto eres, querido alcohol, de aquellos momentos que no deseas recordar, fuiste el único que trajo consigo un poco de amor y atención a mi vida en formación. 

Cuando llegué a cierta edad y tuve la posibilidad de probar los primeros vasos de alcohol, no pude comprender las consecuencias de varios excesos que cometí y no pude calcular, como lo hago hoy, hasta donde me llevaba. Fue un gran escape, como un gran amigo que nunca te deja, alguien que te escucha, esta contigo y te saca de donde estas, en el fondo, tan hundido, que te hace sentir como si jamas volvieras a salir de allí. Solo tú, mi querido alcohol, fuiste quien me acompañó en los peores momentos de la vida. Sí, pensaba que contigo, podia dejar de sentir aquello tan hondo y tan profundo que vivía. Qué gran mentira.

Después de preguntarme los porqués de tantas situaciones, después de cambiarlos en: para qué, después de rodearme de personas con las que “si” deseo estar y suman a mi vida, hoy puedo decir con certeza lo que no me era claro algunos años atrás, no eras más que un enemigo latente en mi vida, un dulce enemigo que logro arrebatarme vivencias que pudieron ser maravillosas.

Hoy, a ti, que puedes leer estas lineas: No te dejes llevar por situaciones que están permitidas tácitamente por tu familia, tus amigos, tu entorno social, muchas veces esto no es lo que determina tus principios y quizás ni siquiera los compartes.

Respetarte es el gran inicio de tener tu autoestima en primer lugar. Comprender tus propios limites y hacerlos valer, es la primera parte que necesitas tener clara para empezar el camino de tu tranquilidad y paz mental.

No tengas miedo, solos nunca estaremos ya que primero te tienes a ti y el camino siempre esta lleno de gente increíble que quizás, aún no dejas llegar a ti, quizás por dejarte llevar por todo lo demás, menos por ti mismo y tus propias convicciones.

Cree en ti, valora tus creencias e intuición y crea el mundo que tanto necesitas, nadie más te lo dará como tú mismo.

Comentar

Your email address will not be published. Required fields are marked *