PARÍS… A TUS PIES

PARÍS… A TUS PIES

Era 2005. Entré a la universidad, después de mi separación y al mismo tiempo estaba participando en el grupo de danzas folklóricas del lugar, en sus diversos ensayos, presentaciones y requerimientos. Se hizo un bonito grupo, el cual, no es nada difícil volver a recordar. Empecé a bailar a mis 10 años en el colegio, tuve tiempos largos y otros cortos en que lo dejaba, pero siempre retomaba y lo hacía largo tiempo. Cuando ingresé a la universidad fue el momento de retomar a una de mis grandes pasiones: el baile.
Empezaron los ensayos y nos comentaron de un viaje a Francia para un Festival Internacional, donde íbamos representando al Perú. No lo pensé mucho tiempo, solo dije que si, y empezó la historia de como llegue a París por primera vez.
Cuando llegó el momento de viajar con el grupo, nunca me imaginé todo lo que íbamos a vivir. Diferentes situaciones, desencuentros, vivencias únicas, sabes quienes son tus pares y quienes no.

Cathedrale du sacré-cœur d’Oran

Eran 30 días en Francia, nos encontrábamos al norte. Terminaba la semana 3 y quedaba muy poco para regresar a Perú, y ninguno de nosotros estaba seguro si volvería por ese lado del mundo. Así que decidimos tomar un tren y partir tres días. Destino final: París. Definitivamente, no podíamos hacerlo, pero lo hicimos y estoy segura que ninguno de nosotros se arrepiente de haber marchado a ese rumbo, lo valió todo.

París France

Cerca a París, exactamente a las afueras, la primera noche llegamos a la casa de conocidos de uno de nosotros, todo estuvo muy bien. A la mañana siguiente, partimos emocionados y muy temprano, dispuestos a comernos el mundo. Y en efecto así lo hicimos. Ese día caminamos todo el día, hicimos todo lo que pudimos: L’arc de triomphe, l’ouvre, Cathédral sacré cœur, Cathédrale Notre-Dame y la añorada Torre Eiffel. A groso modo y muy rápido, pudimos vivir un poco de la bella Paris y cómo se puede respirar tanta cultura. Cuando cayó la noche, debíamos buscar a otro amigo para poder pasar la noche antes de retornar, teníamos la dirección, pero por algún motivo, nunca dimos con el lugar y no teníamos teléfono.

Cathedrale du sacré-cœur d’Oran

Estábamos cerca a la Torre Eifel, decidimos ir hacia ella y nos reencontramos con ese brillo cautivador que nos deslumbró. Caminamos a su encuentro y caímos rendidos a sus pies. Literalmente dormimos al pie de la Torre Eiffel. Para las 2 de la mañana aún habían personas, y muchas, tomando y brindando en carpas, luego de esa hora, solo ves un pequeño desierto.
Cómo duramos allí sin que la policía nos sacara, es algo que no recuerdo bien, pero amaneció aquel julio muy temprano y pudimos seguir el camino, terminar algunos destinos más y retornar al festival.

Hoy, he regresado, 14 años después, lo recuerdo como si fuera ayer, la misma sensación me acompaña. Es diferente a lo que viví en aquel entonces, pero puedo volver a disfrutar de un lugar colmado y bendecido de pura historia. Paris es de aquellos sitios que te colman de emociones, de sensaciones infinitas. El arte se respira, se siente, se ve. Todos sus rincones te muestran una pequeña parte de vida que no quedó en el pasado, más bien se encuentra allí para seguir haciéndose presente.

Arc de Triomphe

Difícil saber cómo puedes llevar las situaciones que se presentan.

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