¿MIEDO A QUÉ?

¿MIEDO A QUÉ?

Le tenemos miedo a muchas cosas. Al que dirán, al fracaso, al ridículo, a caer, al abismo, a la oscuridad, al engaño, a la frustración, a la vergüenza, a la infidelidad, a volar, la lista es muy larga y podría continuar sin darme cuenta del fin. Tengo claro que me he perdido muchas cosas, por dejar que el miedo domine mi vida. A mis 42 años estoy haciendo mucho más, de lo que pude haber hecho hace tiempo.
¿En qué momento se posiciona el miedo en nuestro ser? Desde niños. Es verdad que el miedo es aprendido. El miedo se adquiere desde nuestros padres y sus propios miedos, desde la infancia y nuestro crecimiento.
Con la madurez y la experiencia, podemos canalizar mejor cada situación que nos genera estrés, angustia o ansiedad. Hay muchos miedos arraigados y que no son tan fáciles de evitar, son aquellos que se quedaron en el subconsciente y han sido vividos en su mayoría en la infancia. Son aquellos que no sabemos, ni porque están.
Nunca me hubiera imaginado esquiando, ni siquiera lo pensé en algún momento de mi vida. El primer día fue un bloqueo total, y el monitor (el profesor) me repetía: todo está en tu mente. Este fue un reto grande para mi y lo logré. Detesto las alturas, el solo hecho de no sentir los pies sobre la tierra, me aterra. Pero allí estaba recibiendo clases de ski, subiendo en esas sillas haciéndome sentir un vacío por encima de las montañas cubiertas de nieve. No deseo mentir, cuando me deslizaba por la nieve logrando lo que me había propuesto, lloré de una manera sensible y ahogada, me sentí como una niña. Fue allí que comprendí que es difícil crecer lejos de tus propios descubrimientos y con los múltiples “no” que tus padres, por miedo, te inculcan.
Una vez mas me he demostrado, que si te lo propones lo logras, que si hay una meta, aunque el camino te llene de angustia, el resultado hará que lo valores mucho más; cada caída, cada respiro profundo, cada paso otorgado. ¿Quién dijo que algo es fácil en esta vida? absolutamente nada lo es, y que rico que sea así.
Deja el miedo de lado. Si no puedes de golpe hazlo poco a poco, verás como sientes que nada de lo que te esperabas detrás del miedo, sucede. No es fácil lo sé muy bien, pero empieza por tu decisión de dejarlo atrás.
¿Miedo a qué? A tanto y a todo, es miedo a la vida misma. Porque es tan cierto que todo aquello que dejamos de hacer por miedo, nos sigue mutilando cada vez más los sueños, nos sigue mutilando cada vez más la vida misma.
Estas tres semanas de viaje han marcado un lindo recuerdo en mi familia. El corazón lleva todo para seguir cargando amor por mi familia, esta familia hecha de caminos rotos y que hoy está, más fortalecida que nunca.

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