Perderte

Perderte

Algo de mi se fue contigo. No consigo entenderlo de otra manera, eras tan “siempre”, tan jamas te iras de mi lado, que te tomaba como algo infaltable en ella. Eras una pieza del rompecabezas que no podía faltar.  Jamás me detuve un segundo a imaginarme la vida sin tí, aquello nunca paso por mi mente. Y hoy hay un vacío que nadie puede llenar.

Aquí estoy, bastante perdida sin tu existencia.

Aunque sepa que no estas, cada día se repite una y otra vez, incansablemente, el como sucedió todo, retrocedes la película pero no puedes detenerla o cambiarla, te dices una y otra vez lo que debiste hacer, decir o no.

Hay cosas que no me perdonare de este final, cosas que no podré cambiar y que me han entregado  una lección que aún no logro asimilar del todo, es tanto, es abrumador y desolador otras veces. Solo sé que tu recuerdo vuelve a devolverme todo de ti, hasta que caigo en cuenta que ya no estas, y vuelve a apoderarse de mi, este dolor incesante.

El amor de dos personas viene cargado de la conexión de las almas, mas allá de lo físico, mas allá de la memoria. 

Así tan único era tu amor. Amor purito, cargado de humildad, de devoción y un pocotón de ceguera. Amor muchas veces poco apreciado pero totalmente correspondido; perdido en el egoísmo puro del ser, ese egoísmo que permitimos domine gran parte de nuestra vida adulta.

Y solo digo: Me niego a darle crédito a un año que me quito la vida misma. No existes 2020.

Sin embargo y a pesar de tanto aquí dentro, rescato mucho para el crecimiento personal.

Pensar en la relación que tuviste con aquella persona que has perdido físicamente, te hace analizar muchas verdades que no miramos detenidamente.

Cuanto perdemos por concentrarnos en las cosas menos importantes. Las  diferencias, aquellas que permitimos nos cieguen, logran enterrar el mas puro amor, el mas sincero e inquebrantable, hasta ahogarlo y dejarlo en el olvido.

Dejarte llevar por la rutina, el peor error que se puede cometer en la vida, ella calcina todo a su alrededor, impidiendo ver el brillo del amor, esa luz divina que muchas veces nos devuelve la vida. Extinguirlo es su propósito principal y nosotros lo permitimos, sin poder remediarlo después.

El amor muchas veces se aloja detrás del egoísmo del propio corazón. Un egoísmo que no mira al otro, te ciega y encierra en sí mismo para evitar entregarte a totalidad. El amor no siempre gana las batallas diarias, pero siempre gana la guerra, aunque ese triunfo de guerra signifique no tener a los que amas a tu lado.

Cuando sientes que hagas lo que hagas toda tu realidad será la misma, ante el inminente presente, ante una realidad que no podrás cambiar por mas que desees, vendrán aquellos cambios permanentes, que sabes, necesitas para tu vida.

A esa fan de primera fila, mi madre.

Comentar

Your email address will not be published. Required fields are marked *